Xochimilco forma parte de un legado milenario en el que se desarrollaron las primeras civilizaciones mexicanas. Fue fundado a mediados del S. XIII por los nahuas, un grupo de pueblos mesoamericanos antepasados de los aztecas, que compartían con ellos la lengua náhuatl.
Historia
Parece que la humedad y la elevada fertilidad de la tierra hizo que se asentaran en una de las pequeñas islas ubicadas en los lagos del sur de la zona. Para incrementar su área de cultivo comenzaron a implantar la técnica de las chinampas, una especie de balsas que se cubrían con tierra y en la que se cultivaban verduras y flores. Este tipo de prácticas ayudaron a que el pueblo xochimilca -que significa en náhuatl “siembra de flores»- tuviera perfectamente cubiertas sus necesidades alimenticias.
Este territorio es su día estuvo administrado por los mexicas de Tenochtitlan y en época colonial por los españoles, que comenzaron a desecar parte de la zona y a convertirla en pantanosa, aunque afortunadamente continuó con su elevada producción de flores y verduras.
Cómo Llegar
Para llegar a este hermoso y apartado barrio de México DF hay que tomar el metro y después el metro ligero hasta la parada de Xochimilco o hasta Embarcadero. Además de los paseos alrededor de los canales, merece la pena darse un buen paseo por el barrio y comer en alguna de las taquerías de la zona. En el mercado de Xóchitl aún se siguen vendiendo todo tipo de flores y plantas y todo lo necesario para su cuidado (todas siguen siendo cultivadas en Xochimilco).
Embarcadero
La manera más económica de recorrer los canales es a través de una trainera colectiva. Estas enormes barcas realizan rutas específicas y hacen recorridos entre los diferentes embarcaderos. Para los que dispongan de más dinero, se pueden alquilar barcos completos por horas. Para no llevarse sustos se recomienda informarse de los precios en las taquillas oficiales.
Para los amantes de los monumentos religiosos, también merece la pena visitar la capilla del Rosario o el convento de San Bernardino, construido en 1590 y morada de frailes que lo utilizaron para evangelizar y también como “fortaleza” para protegerse de los ataques de los indígenas.