Continúan mis visitas por la ciudad de Córdoba (al final voy a reunir una guía muy completa de la ciudad), esta vez para visitar el Alcázar de los Reyes Cristianos de Córdoba. Este alcázar, llamado así para diferenciarlo de los que tenían los emires en los alrededores, es una enorme fortificación de planta cuadrada que además de haber sido residencia temporal de los Reyes Católicos, fue sede del tribunal de la Inquisición y que terminó sus días como prisión en 1951.
Historia del Alcázar de los Reyes Cristianos
Además de residencia de los Reyes Católicos y prisión, esta fortaleza tiene mucha más historia entre sus muros.
Construída en el siglo XIV, ocupó parte de los terrenos utilizados por el imperio romano en Córdoba. De tal importancia que bajo estos cimientos se encontraba la residencia del mismísimo Julio César.
Siglos más tarde fue hogar de califas y emires cordobeses hasta que los Reyes Católicos deciden reformarlo y trasladarse para seguir de cerca los acontecimientos de la guerra de Granada, último reducto del reino nazarí en España que terminó con el tratado de Granada en noviembre de 1941 entre los Reyes y Boabdil.
En el alcázar de los Reyes Cristianos de Córdoba nació la cuarta hija de los Reyes Católicos y futura reina de Portugal, la infanta María de Aragón. Además fue uno de los lugares de paso más importantes de Cristóbal Colón, donde presentó su proyecto de viaje a América en 1486 que se haría realidad 7 años más tarde.
Fue sede del tribunal de la Inquisición desde 1482 hasta el año 1821, para convertirse en cárcel hasta mediados del siglo XX. A partir de esas fecha se restauran el patio mudéjar y los jardines y se acondiciona como museo y espacio de celebración de eventos públicos.
Visita al Alcázar de los Reyes Cristianos de Córdoba
El alcázar bien merece una visita con tiempo suficiente como para recorrer tranquilamente las salas museo, subir a los torreones y relajarse paseando por los jardines.
Al cruzar la taquilla de acceso encontramos a nuestra izquierda una serie de salones museo en lo que se muestran objetos de lo más variopinto. Un sarcófago romano de año 225 encontrado en 1958, mosaicos y guirnaldas. Todos ellos en un estado de conservación excelente.
Llama la atención el mosaico romano de Medusa del siglo II, encontrado el la plaza de La Corredera cordobesa en 1959, junto a otros mosaicos como Eros y Psique o Polifemo y Galatea. Para la mitología griega, la historia de Medusa es bastante peculiar. Única mortal de las tres hermanas gorgonas, el repentino interés de Poseidón en su belleza irritó de tal manera a Atenea que transformó sus cabellos en serpientes que petrificaban a todo el que los contemplaba.
Ya en el exterior, el alcázar se compone de cuatro torreones que aportan al edificio esa forma rectangular tan característica. La torre de los Leones, la del Homenaje, la de la inquisición y la de la Paloma. Desde los salones museo hay unas escaleras que conectan con la torre del Homenaje, actualmente la única a la que se puede subir para contemplar unas vistas maravillosas de los jardines del alcázar y del centro histórico de Córdoba.
Tras recorrer el museo y los torreones, solo nos queda pasear por los impecables jardines del alcázar. Más de 50.000 metros cuadrados exquisitamente cuidados y que rodean a los estanques principales del edificio. Los jardines son uno de los lugares con más encanto del alcázar y conviene ir con tiempo para pasearlos y disfrutarlos. Si visitas el alcázar de noche, tampoco hay que perderse la iluminación artificial de los jardines.
Por último, recordar que hay una opción de entrar de forma gratuita al alcázar de los Reyes Cristianos de lunes a jueves de 8:30 a 9:30h y ahorrarse unos cuantos euros 😉